lunes, 5 de enero de 2009

Juventud y participacion en el siglo XXI

JUVENTUD Y PARTICIPACION EN EL SIGLO XXI: concepto de participación, tipos, derecho participación juvenil

José Guillermo Fouce Fernández. Doctor en Psicología. Presidente ONGD Psicólogos sin Fronteras Madrid. guiller@cop.es; guillermofouce@yahoo.es; psf@psicologossinfronteras.net

Dice la constitución en su articulo 48 que “Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural” pero ¿cual es la realidad en estos momentos? ¿se ejecuta el mandato constitucional?

Para analizar esta cuestión, proponemos avanzar en tres pasos, en tres terminos que se combinan entre sí: derecho a participar, juventud y lo que significa la participación.

La conquista de derechos ligados a la participación es hoy, sin duda, un terreno clave en los nuevos movimientos sociales. Si en el siglo 18 los protagonistas fueron los derechos civiles (libertades individuales básicas) y en el 19 los derechos políticos (de reunión, asociación, elegir y ser elegido) o en el siglo XX los derechos sociales y económicos defendidos por el movimiento obrero, hoy, en el siglo XXI son los derechos de participación real (derecho a deliberar y decidir sobre los asuntos que les afectan), los que adquieren centralidad
. Esta centralidad situa la cuestión del derecho a la participación, en general y de la participación juvenil en el centro de las cuestiones sociales actuales, de los nuevos movimientos sociales.

Pero centrándonos ahora en los jóvenes, cabría partir de reflexionar sobre su definición e imagen para empezar. La imagen de los jóvenes, es hoy, sin duda, controvertida, posiblemente tanto como lleva siendo la imagen de la juventud desde que se creo el concepto. Así, además de unificarse con mucha frecuencia una realidad compleja y plural como los distintos tipos de jóvenes existentes en la realidad, se presenta a los mismos en términos absolutos de blanco o negro señalando a veces sus virtudes, sus bondades, sus elementos positivos y envidiables, elementos que suele recordarnos la publicidad y el marketing en una especie de búsqueda de la eterna juventud y, a veces, por el contrario, se destacan sus vicios y defectos, su individualidad, su egoísmo, imagen que aparece también con cierta frecuencia en los medios de comunicación de manera intencionada.

Pues bien, la combinación juventud y participación es sometida a similares vaivenes y contradicciones. Así, a veces se dice que esta es una generación de jóvenes pasivos, sin valores, egoístas e individualistas, preocupada solo de vivir al día, sin futuro, poco participativos; otras, por el contrario, se habla de una juventud participativa, altamente cualificada, solidaria, idealista, sin fronteras, protagonista de nuevos movimientos sociales, de la lucha por la globalización de los derechos humanos y no solo de las economías, constructora de otro mundo posible y necesario.

La respuesta a estas aparentes contradicciones puede encontrarse, en parte, en cierta necesaria clarificación de conceptos. Porque, hoy, en el ámbito de la participación, como bien señala Melucci entre otros, los términos, los conceptos, las palabras se encuentran en el centro de las discusiones, en el centro de los movimientos sociales de nuestro tiempo, porque definir las palabras, lo que ocurre, supone un ámbito básico de conflicto de los nuevos movimientos sociales, que son de carácter cultural, pre político y de creación de nuevos marcos de valores que legitimen nuevas alternativas de vida, nuevas formas de vida y espacios de resistencia.

Otra forma de abordar esta comprensión sería partir de la necesaria complementariedad entre crisis y cambio, si la participación esta en crisis (crisis eterna parecería a veces) es porque nunca para de fluir, porque esta en constante y positivo proceso de continuo cambio, en el que emergen nuevas posibilidades.

Clarificación necesaria, en particular, con el termino participación que podemos situar en el ámbito de lo “políticamente correcto” pero que, en esencia, supone que se reparta el poder, una palabra ya no tan bien vista, en la que una parte (institución, persona, organización, colectivo, sociedad, asociación) pierda parte de su poder para que la realidad se construya entre, al menos, dos agentes. Así, por ejemplo, el terapeuta debería perder parte de su poder de experto para dar protagonismo, competencias y empoderamiento al paciente que pasa a ser agente de su cambio; La ONG debería perder su poder de orientar y dictar intervenciones desde un modelo unidireccional para construir con las comunidades y poblaciones objeto de la intervención; la entidad participativa debe perder tiempo o concentración de la toma de decisiones en manos de unos pocos para que las mismas se tomen entre todos o el profesor debe perder su poder de experto para construir conocimiento con el alumno.

Poner como punto de partida, las renuncias y perdidas que supone abordar el desarrollo de procesos participativos, es, a mi juicio, un excelente punto de partida para valorar si estamos o no fomentando la participación real y no diversas y variadas formas de seudo participación tan frecuentes hoy en día. Con la participación se pierde tiempo y las decisiones que se producen tras un proceso participativo son en parte de todos, y por tanto, en nada de uno solo, perdemos el control sobre ellas y, por tanto, y al tiempo, pueden no coincidir con nuestra inicial decisión individual. Sobre la participación hablamos mucho pero hacemos menos de lo que decimos. Participar significa hacer esfuerzos, encontrar y construir espacios, crear dinámicas y hábitos, educar en itinerarios.

En estos momentos se producen debates relevantes en torno a la participación en general y la participación juvenil en particular, confundiéndose, a veces con cierta intención, formas de seudo participación con la participación real.

Así, por ejemplo, y en ese combate por la delimitación de conceptos al que antes nos referíamos aparecen términos como: voluntariado individual o sindicatos formados por cada persona individualmente o el fomento de la solidaridad con uno mismo o el capitalismo con rostro humano, tan propios de modelos neoliberales recogidos hoy por el Banco Mundial el FMI o autores como Fukuyama en el reconocimiento de que su modelo depredador de recursos y personas genera problemas y exclusiones y es necesario amortiguar los golpes con la participación voluntaria de los ciudadanos, participación que, al tiempo, conseguiría lograr la confianza de los ciudadanos en el sistema y su corresponsabilidad o colaboración para desmontar el Estado y lo público; presionando al tiempo desde el mercado y la sociedad civil.

Las tres patas básicas del taburete de la participación que tienen que estar equilibradas y revisadas continuamente y que, por tanto, forman parte de la definición que proponemos de participación serian: que la gente quiera participar, lo que tiene que ver con la motivación, sintiendo como suyos los objetivos a abordar o sintiéndose útiles; saber participar, lo que tiene que ver con la formación, lo que tiene que ver con saber organizarse y poder participar, que se construyan itinerarios educativos para la participación y, por último, que existan posibilidades, medios y canales, para desarrollar la participación. Participar es algo más que estar presente en una organización, es implicación, intervención, reflexión y toma de decisiones

Participar se conjuga en diferentes líneas: ser parte de redes sociales, estar incluido; estar en, tener un espacio para la misma que se conozca; sentirse parte para participar, tener una identidad, pertenecer a una comunidad; tomar o tener parte, implicarse, actuar. La participación es un proceso continuo con diferentes grados; implica que la información fluya y se comparta, que las acciones y decisiones se sometan a deliberación en espacios constituidos para tal fin.

La participación se aprende y se puede ensañar, se puede formar para la participación y es, así como toma sentido, por ejemplo, el artículo de la constitución española que señala la necesidad de remover las barreras que impidan la participación juvenil en particular.

La participación, es como una escalera, con diferentes escalones que pueden irse subiendo progresivamente según avancemos en su motivación, formación y establecimiento de estructuras, que puede avanzar de la mera recepción pasiva a la planificación- gestión participativa.

La verdadera participación es una participación que va de abajo- arriba, es un proceso mas que una acción puntual, es un medio y un fin, no-solo un fin en sí misma, es decir, se hace para lograr algo, es un derecho y un deber no una concesión, no puede ser solo consultiva o informativa sino que debe ser ejecutiva, vinculante, debe darse en todas las áreas y no-solo en áreas menores, esta marcada por la acción colectiva y no individual.

La verdadera participación es política, porque en una democracia, políticos somos todos, la política no es una tarea a tiempo completo sino a tiempo parcial, de todos los ciudadanos, tambien por supuseto, de los jóvenes, es inutil quejarse o maldecir simplemente a los políticos, los políticos estan porque nosotros de alguna manera les enviamos allí. La política son muchas cosas “son actividades que crean los ciudadanos con valores, con capacidad de intervenir, de decidir” (Savater)

Las formas de participación exitosas de hoy, protagonizadas en gran medida por los jóvenes y, por tanto, condiciones para el aumento de dicha participación estarían marcadas por una participación local, concreta, práctica, fraccionada, marcada por identidades múltiples y colectivos plurales, transversales, centrada en la acción local y, a veces, el pensamiento global, por la expresividad, por situar la vida cotidiana, los derechos sociales y culturales en el centro, con el sujeto, el ciudadano en el centro, con estructuras más horizontales y descentralizadas; una participación mediática y centrada en la imagen, de acción directa.

La vieja participación era, sin duda, más compacta, más clara, más global y potente, más gruesa y militante pero también, más rígida y acrítica, más fundamentalista, eliminaba a los sujetos diluyéndolos en el magma de la masa o el colectivo, de los referentes indentitarios e ideológicos globales
.

La nueva participación trata de generar y practicar nuevos valores (es, por tanto de carácter pre político, centrada en los valores), trata de afrontar retos centrados en las políticas de vida, se basa en el trabajo en red a través de la red de redes, trata de generar empatías, se aprende actuando, se centra en la generación de espacios de vida diferentes, ejemplos de alternativas, generando zonas liberadas, espacios de resistencia, se construye mediante la metáfora de minorías ejemplares más que vanguardias omniscientes
. Supone transformación personal de la propia identidad, de las formas de vida a adquirir, esta marcada por la ausencia de fronteras. Supone establecer el mito de muchos pequeños que enlazan y pueden con el gigante del neoliberalismo.

TALLER OTRO MUNDO ES POSIBLE

v Primera sesión

· Iniciamos la sesión, presentándonos con una canción y agrupándonos en función de nuestros estilos musicales de referencia. En grupo decimos que creemos que es eso de “otro mundo posible” y sugerimos una canción que hable del tema.

v Segunda sesión
o Se trata de reflexionar sobre el mundo que habitamos y sus desigualdades, para lo cual utilizaremos dos tipos de materiales: canciones (en funcion de los estilos de preferencia de los participantes) y chistes graficos
§ Canciones:
· Si el norte fuera el sur” de Ricardo Arjona.
· Ska de la Tierra Bebe
· “Savia Negra” Las niñas
· “Planeta Escoria” Skap
· “Justicia, tierra y libertad” de Maná.

· Tras esto, presentaremos información acerca de la realidad y las desigualdades existentes.

v Tercera sesión
Durante esta sesión pensaremos cómo sería nuestro mundo ideal, qué haríamos para que el mundo fuera diferente.

· Comenzamos la sesión con la audición de “Odio” de Revólver e “imagine” de john lenon

· Lluvia de ideas acerca de cómo construir entre todos un mundo diferente.

· Recogeremos todo ello con la realización de dos dinámicas:

ü “Carta a un futuro habitante”
ü “Rey por un día”.

· Terminaremos con la audición de “dulce de memoria” de Ismael Serrano y “Verdad que seria estupendo” de complices”

v Cuarta sesión Y NOSOTROS ¿QUÉ PODEMOS HACER?
o El objetivo es desarrollar una campaña de actución, difusión en este area, una posiblidad seria desarrollar una canción sobre el tema, otra desarollar un mural.
o Se trabajara con las siguientes canciones como sugerencia:
§ Tranquilo Majete (Celtas Cortos)
§ “mi generación” reincidentes

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