LA LUCHA POR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA JUSTICIA HISTÓRICA EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XXI VISTA DESDE LA PSICOLOGÍA
José Guillermo Fouce· ··
“Y habrá que contar, desenterrar, emparejar, sacar al hueso al airé puro de vivir, pendiente abrazo, despedida, beso, flor, en el lugar preciso de la cicatriz:... pero no son a simple vista solo huesos, amoratados huesos, en el calcio del hueso hay una historia; acaudillada historia, desmemoriada historia; el horror no solventado”
(Pedro Guerra, 2004, Huesos)
1. Introducción
En julio de 1936 una parte del ejército español apoyado por la Alemania e Italia de Hitler y Mussolini se levanta en armas contra el gobierno republicano legítima y democráticamente establecido. Tras fracasar el golpe de Estado se inicia una cruenta guerra civil que es considerada por muchos historiadores el preludio de la II Guerra Mundial. Posteriormente, el bando ganador instaura una cruel y despiadada dictadura fascista guiada por el nacional catolicismo. Así, al final de la guerra no llega la paz sino una situación en la que se persigue a los vencidos, se intenta lograr su desaparición física y social, incluyendo ejecuciones y desapariciones durante los 40 largos años de cruenta dictadura franquista.
A la muerte del dictador se reinstaura la monarquía, y en un proceso de transición señalado como modélico por muchos, se constituye la democracia. La memoria histórica de lo acontecido pasa por diferentes momentos:
a) Durante mucho tiempo, los vencidos, los republicanos, son presentados como los culpables de lo ocurrido (con esta condición se les juzga, condena “por rebelión” y ejecuta a pena de muerte, persecución o condenas de prisión entre las que se incluyen el trabajo como esclavos), son infra- hombres, enemigos del “fenotipo español” (Vallejo Najera) y sometidos a la desaparición eugenésica de su identidad, su memoria y su integridad física mediante el desarrollo de un completo y exhaustivo programa de exterminio sistemático y premeditado. La memoria es una arma más de represión del régimen dictatorial, un arma mas en el establecimiento de un sistema totalitario basado en el miedo, se recuerdan y homenajean los muertos propios, mártires y en algunos casos santos o beatos, muertos “Por Dios y por España”. Los franquistas, sublevados contra un régimen democrático y legítimo se presentaban como soldados honorables que salvaron España mediante una santa cruzada avalada y bendecida por la Iglesia católica de la ofensiva bolchevique (Graham, 2003). Se reparara, simbólica y económicamente, a los propios muertos (concediéndoles por ejemplo puestos en la administración, reparaciones económicas, exhumaciones y entierros, homenajes, esquelas, etc.). Se instauran también otras medidas como el desarrollo de todo un régimen de propaganda histórica que trata de imponer una visión de la historia deformada de acuerdo con los intereses de la dictadura, entre otras cuestiones mediante el desarrollo de la Causa General[1] que trata de documentar la violencia desarrollada por el bando republicano en la guerra olvidando, obviamente, la propia violencia, que como mínimo y según los datos aún incompletos que hoy manejamos, duplicó, sólo en la guerra, las cifras de muertos del “otro bando” y que se desarrollo con una planificación metódicamente ordenada desde las altas instancias militares franquistas que buscaban limpiar eugenesicamente España de “rojos” .
b) Posteriormente, cuando los nazis son derrotados y Franco se ve amenazado, intenta lavar la imagen del régimen, introduciendo visiones más atemperadas de lo acontecido y asumiendo un discurso formalmente basado en la reconciliación nacional mientras se sigue ejecutando, expoliando y persiguiendo a los vencidos. Muestra principal de este lavado de cara es la construcción del Valle de los Caídos, supuestamente erigido para todas las víctimas, algo completamente falso ya que sirvió para esclavizar a muchos presos republicanos que murieron en la construcción de esta mastodóntica obra y los allí enterrados, víctimas del franquismo no lo fueron bajo la preceptiva petición de permiso a sus familiares.
c) En la actualidad, reaparecen con fuerza en una gran ola revisionista del franquismo (por ejemplo Pío Moa, 1999, 2003, 2005 o Cesar Vidal) todas las justificaciones empleadas en su momento para el golpe de estado o la instauración del régimen de terror fascista pero nadie acusa entonces de reabrir heridas[2]. Se culpa a las víctimas (la República y los republicanos) de lo ocurrido, y se entiende que la recuperación de la memoria es una posición radical que pretende reabrir odios y heridas cerradas y clausuradas[3]. Esta ola de revisionismo propagandístico en cualquier otro país del mundo sería probablemente considerada de apología del fascismo. La memoria histórica, por tanto, sigue siendo un instrumento usado por los que quieren que perdure la verdad oficial. Tambien se siguen desarrollando homenajes variados a las victimas propias, como la reciente canonizacion de los denominados martires religiosos, con edición de un libro con su historia, documentales o la edificación de una basilica en su nombre, por no hablar de celebraciones religiosas en las que se canta el cara el sol para celebrar el día del alzamiento como ocurrio recientemente, entre otros lugares, en la iglesia de Jesus de Medinaceli en Madrid.
d) Con la muerte del dictador y la instauración de la democracia gracias al proceso de transición, la memoria de lo acontecido introduce tópicos como la igualación de los dos bandos en contienda. La dictadura se presenta como mera continuación de la contienda civil. La visión dominante supone asumir la necesidad de olvidar lo acontecido como error histórico mirando al futuro. Se olvidan pues los desaparecidos, las fosas, las ejecuciones, las persecuciones, la represión, el secuestro de niños, la expoliación de bienes, los trabajos forzados de los presos, entre otras cuestiones, desarrollándose nuestro particular proceso de amnesia y Ley de punto final mediante la ley de Amnistía. Los desaparecidos quedan abandonados en las cunetas, en lugares sin nombre, la justicia, las reparaciones y la búsqueda de la verdad olvidadas. Los crímenes cometidos, de lesa humanidad, no se investigan y no se reconocen contraviniendo la legislación internacional en materia de derechos humanos. Sin embargo, como señalamos anteriormente, este pacto de silencio paradójicamente sólo se aplica para la memoria de los vencidos, los vencedores, torturadores y represores continúan teniendo monumentos, calles y lugares de la memoria en su recuerdo, continúan llevando a los altares a sus mártires y usando la memoria de la guerra en la transición con mucha frecuencia, evocada con un fin aleccionador para no repetir los errores del pasado y por el miedo a nuevos enfrentamientos, para “evitar males mayores” la memoria de la posguerra y de la República, sin embargo, son las grandes ausentes y también los grandes períodos desconocidos (Aguilar, 1996) especialmente por los jóvenes, se unió franquismo y guerra, obviando la represión y la dictadura.
e) La otra memoria, la de los vencidos, la de los demócratas, la de una generación casi exterminada, que resistió la primera incursión del fascismo en Europa, solo vuelve a la luz en tiempo reciente y vuelve de la mano, en gran parte, de las exhumaciones, como elementos centrales del movimiento de recuperación de la memoria histórica. Exhumaciones desarrolladas en tiempos recientes (desde el 2000), salvo algunos escasos antecedentes en los inicios de la democracia.
En conclusión podría decirse que “El caso de España ha sido incluso peor que el olvido, ha habido una tergiversación sistemática de nuestra realidad, negando la naturaleza de aquel terror... aquí ninguna institución conservadora relacionada con la dictadura ha reconocido el error y pedido perdón” (Navarro, 2005).
El papel de los elementos psicosociales, por otra parte, es escasamente considerado y por no existir, no existen prácticamente investigaciones sobre la recuperación de la memoria o los procesos exhumatorios en nuestro país. Tampoco se dan acompañamientos psicosociales a los procesos exhumatorios, salvo en estos momentos con la implicación de la ONGD Psicólogos sin Fronteras Madrid en estos y otros procesos.
Sin embargo, en esta, como en otras condiciones, otra psicología es posible, la psicología que acompaña al que sufre, se pone en su lugar y tras escucharle le acompaña para pedir con él verdad, justicia y reparación, los tres pilares básicos de los derechos humanos.
Así que, como gran paradoja, un país como el español implicado en otros procesos de recuperación de la memoria histórica fundamentalmente en Latinoamérica, esta en este momento en pleno proceso de elaboración de su propio proceso de recuperación de la memoria[4], en pleno proceso de reconocimiento por parte del Estado de lo acontecido para asumir la responsabilidad que a todo estado se le reclama en la legislación internacional[5]: reparar a las víctimas, exhumar los cadáveres, hacer lo posible para que la represión no se repita. Verdad, justicia y reparación según el modelo clásico de aplicación de los derechos humanos básicos.
2. Contexto represión y violencia en España
a) La culpabilidad de las víctimas, la igualación de bandos y otros mitos justificadores de la represión a la luz de los hechos
En la guerra incivil española se cometieron, sin duda, atrocidades en los dos bandos pero hubo también diferencias cuantitativas y cualitativas entre la violencia revolucionaria espontánea y la planificada desde el primer momento por los militares golpistas.
Franco actuó en éste, como en otros sentidos, de manera fría y concienzuda como se señala, entre otras fuentes, en sus propias palabras y las de otros generales rebeldes[6].
Se trataba de buscar la ruptura de la identidad, el establecimiento de un sistema de terror global que rompiese la resistencia individual y colectiva[7].
El ejército franquista, con Mola y Franco a la cabeza, retrasó su triunfo militar para poder ejecutar una auténtica y planificada campaña de limpieza étnica[8] de la España que iban ocupando, hasta el punto de enfadar a sus aliados fascistas que querían una guerra rápida (Preston, 1994).
Una limpieza étnica, basado en la Raza, como la novela y película que Franco quiso dejar, recordémoslo, como su legado biográfico, se consideraba “cirujano de hierro” y estaba plenamente identificado con los afanes del revanchismo militarista que pretendía cobrar las afrentas infringidas al ejército español por los políticos, en 1898.
La dedicatoria de la novela dice: “A las juventudes de España, que con su sangre abrieron el camino a nuestro resurgir”. Es obvia la referencia: está hablando del contingente de jóvenes (se calcula que aproximadamente 200 mil murieron en la guerra de Cuba) que pelearon en las antillas y que fueron inmolados por una casta política supuestamente inepta.
El título de esta novela es bastante significativo. Franco exalta una raza, en una clara coincidencia con el sentimiento racista que acompañó a unos de los movimientos ideológicos que le fue muy afecto: el nazismo. Su raza es una estirpe histórica, vinculada al origen de la España castellano-leonesa. En la primera página leemos esta especie de prólogo:
Vais a vivir escenas de la vida de una generación; episodios inéditos de La Cruzada española, presididos por la nobleza y espiritualidad características de nuestra raza.
Una familia hidalga es el centro de esta obra, imagen fiel de las familias españolas que han resistido los más duros embates del materialismo.
Sacrificios sublimes, hechos heroicos, rasgos de generosidad y actos de elevada nobleza desfilarán ante vuestros ojos.
Nada artificioso encontraréis. Cada episodio arrancará de vuestros labios varios nombres... ¡Muchos!... Que así es España y así es la raza. (1981:7).
La violencia de los rebeldes se basó en decisiones fríamente tomadas, a partir de un poder totalitario altamente concentrado sin cuya autorización no se podía hacer nada, se reprimió en todos los sitios conquistados resistiesen o no (por ejemplo en provincias que desde el principio cayeron en manos nacionales se desarrollaron cruentos procesos de depuración con muchos desaparecidos: véanse los casos por ejemplo de las Islas canarias o Galicia entre otros), se dio licencia para matar indiscriminadamente. El espíritu del golpe consistía en que no valía con ganar la guerra, había que dar ejemplo, dejar marca y convertir en irreversible la situación. Se aplicó la táctica de aniquilar a aproximadamente un 1% de la población conquistada según los usos de las campañas militares desarrolladas anteriormente por el ejército español en África (Armengou y Belis, 2005).
En el otro bando, y como reconocen diversos historiadores (por ejemplo Preston, 1994; Santos Julia, 1990), una de las razones que llevaron a que la guerra la perdiese el legítimo gobierno republicano fue la falta de organización interna, la división entre facciones internas que llevó incluso a la depuración física de algunos adversarios internos enfrentados entre si (reformistas democráticos, reaccionarios autoritarios, anarquistas, social-comunistas, republicanos). Se choca entre dos visiones: los que intentan desarrollar una profunda revolución en paralelo a la guerra y los que pretenden aparcar la revolución para centrarse en ganar la guerra mientras se produce la imposibilidad del gobierno republicano para ejercer el control. Situaciones éstas que marcaron también el tipo de violencia represiva ejercido en zona republicana. La violencia de los republicanos se produce por la desaparición del estado, por el hundimiento de las normas, por la revolución interna paralela al desarrollo de la guerra.
En España y pese a la magnitud de los crímenes cometidos[9]: unos 100.000 desaparecidos o ejecutados políticos en la guerra, otros 50.000 en la posguerra, 30.000 aún sin identificar, de 700.000 a 1 millón de exiliados, 10% de la población activa en prisión sometida a trabajos forzados para acometer obras faraónicas[10] etc. es muy reciente el movimiento que aboga por la recuperación de la memoria pese a que ya pasaron más de 30 años desde el fin del franquismo. Se aplicó también la violación sistemática de las mujeres republicanas y el cambio de nombre y familia de los niños que nacían en los presidios republicanas legalizando esta situación jurídicamente (Armengou, 2005).
Pero, si bien al recordar la guerra todos tienen algo que perder porque en mayor o menor medida se cometieron actos colectivos deplorables de violencia injustificada en ambos bandos (Santos Julia, 2006), al hablar de la dictadura la asimetría se descompensa porque ya no todos tienen algo que perder, ni puede hacerse un reparto de culpas o de una surrealista igualación de bandos entre los demócratas y los fascistas. Solo cabe, entonces, recurrir a la “historia ficción” para amarrarse a un clavo ardiendo cuando se habla de la terrible venganza represiva que supuso el franquismo.
Así, tras la victoria de los golpistas, lejos de establecerse un clima de paz y reconciliación, se instauró un feroz clima de represión directa e indirecta durísimo persiguiendo la desaparición del enemigo, de su identidad, de su memoria, de acuerdo con los principios del régimen ya señalados, se buscaba la muerte en vida del oponente (Ruiz Vargas, 2006), la purificación eugenésica de la raza hispana en palabras de Vallejo Nájela.
Se perseguía, por una parte, la purificación directa en forma de ejecuciones sumarias, desapariciones y fosas colectivas utilizadas como instrumentos de represión, de ejemplificación, como instrumentos para sembrar el terror, instrumentos que pretenden causar el mayor daño posible al enemigo que pretenden exterminar, sin reconocerle la más mínima dignidad ni la más mínima consideración como seres humanos. Por eso, se entierra en fosas comunes, no se informa de donde están los cadáveres, no se inscriben las muertes en los registros civiles y si se permite, tras multitud de trabas, se hace con pocos datos o inscripciones humillantes como “anemia aguda” o “choque con la fuerza pública” (Espinosa, 2006) no se permite la elaboración del duelo, en una suerte de castigo eterno que busca la exterminación de la víctima directa y de sus allegados tratando de causar el mayor destrozo psicológico y social posible a quien no se considera digno, ni persona; se trata de violar la más mínima dignidad y respeto a las víctimas y sus familiares, se trata de eliminar su identidad social, se trata de imposibilitar el descanso eterno, es “ser enterrado como un perro”, “se le niega un lugar entre los vivos y entre los muertos” (Shari Eppel, 2001), se trata de romper el vínculo con el fallecido impidiendo que se le pueda visitar o recordar al estar ilocalizable, es la aniquilación de la identidad individual y social.
También se práctica la eugénesis en forma de segregación y represión total a la que el régimen del Funeralísimo Franco sometió en España a miles de españoles tras la guerra civil colocando a los familiares de las víctimas en una situación de sufrimiento extremo en silencio, sin apoyos, bloqueando las posibilidades de elaborar las múltiples y dolorosas pérdidas. Se trata de que vivan en situación de “muertos en vida” sometidos a complejos de culpa, privaciones y señalamientos sociales negativos, sus pertenencias fueron expoliadas, sus trabajos retirados, los niños y familiares fueron marcados como “hijos de rojos” y sometidos a escarnio y persecuciones públicas. En muchos casos, se debía convivir con los verdugos que vivían junto a ellos y que se jactaban en público de la muerte de sus familiares. Muchos tuvieron que exiliarse internamente abandonándolo todo y sumando a la derrota y la humillación y represión posterior, nuevas pérdidas de referentes y recursos.
Cuando en tantas historias de vida y sufrimiento uno vislumbra y constata, no solo situaciones ya de por si crueles como los fusilamientos o enterramientos en fosas comunes, sino ensañamientos brutales como obligar a una madre a cavar la fosa para sus hijos y marido y luego ejecutarla a ella misma a pie de fosa, “pasear” por todo el pueblo y sometido a múltiples vejaciones al que luego será asesinado, llevar a los niños del colegio a la fosa para ver como terminan “las hordas rojas”, cortar el pelo al cero o dar aceite de ricino cuando no amenazar con pegar un tiro a aquel familiar que manifieste dolor por la persona perdida, torturar a las victimas, seccionarles parte de su anatomía en forma de botín demostrativo de la muerte, violar a las mujeres a bayoneta calada para después matarlas, separar a los hijos recién nacidos de sus madres lactantes, etc. Uno puede preguntarse, con frecuencia desde la ingenuidad, ¿cómo es posible el ser humano de desarrollar tantas crueldades?.
Lo mismo sólo es posible, cuando hablamos de crímenes masivos guiados por regímenes fascistas, entre otras razones, cuando consideramos a la víctima un infra hombre de categoría diferente a nosotros mismos, cuando le consideramos un “perro”, una “alimaña” que no tiene las mismas categoría de hombre que tiene uno mismo, también cuando consideramos que hay una misión más importante, más elevada que explica nuestra tarea suprema, por ejemplo, si lo hacemos por Dios, como cruzada, para salvar a la Patria, como mal necesario para lograr objetivos mayores.
Pues bien, en el caso concreto español, puede señalarse a la Iglesia y la Psiquiatría- psicología como dos elementos fundamentales en el establecimiento de marcos justificadores para el desarrollo de la violencia y ensaña.
Hoy disponemos de datos suficientes tanto desde la literatura especializada, como desde análisis transnacionales o desde la fuerza de los datos empíricos como para afirmar que en España, como en otras partes del mundo donde se establecieron sistemas dictatoriales represivos, se desarrollo un complejo engranaje de violencia política que partía de considerar a la victima como un infra-humano, alguien que no debía ser considerado como cualquier otra persona, con el que no es posible establecer lazos de empatía y que no meres ser tratado, por tanto y en conclusión, como un ser humano.
Si uno se pregunta ahora por algunos de los elementos legitimadores en el desarrollo de este genocidio en toda regla al amparo del terror totalitario franquista, encuentra entre estos elementos, la iglesia y la psiquiatría.
Psiquiatras como López Ibor[11] o Antonio Vallejo Najera[12] que dotaron al régimen franquista de las justificaciones pseudos científicas necesarias para exterminar al enemigo inferior republicano, marxista o democrático que no puede ser considerado persona y debe ser eugenésicamente exterminado[13] para el buen funcionamiento de la raza española aunque esta eugenésis debe, por motivos cristianos desarrollarse, en algunos casos, como segregación si es posible[14].
El doctor Vallejo Najera aprendió y copio muchas de sus aportaciones legitimadoras de la represión de la gestapo alemana. Se trataba de demostrar la condición infrahumana y degenerada del enemigo republicano, de los marxistas y de la democracia, como el mismo Vallejo enuncia al presentar sus trabajos de investigación en el centro de investigaciones psicológicas que el mismo creo bajo autorización expresa y directa de Franco. Se trataba de descubrir la ubicación del gen rojo culpable de la enfermedad del marxismo. Se trataba de, como desarrolla en su libro “eugeneis de la hispanidad y regeneración de la raza” desarrollar una política racial que purificase el “fenotipo hispano” en proceso degenerativo desde conversión fingida de los judíos en el siglo XIV.
Vallejo, a través de sus estudios en el “psiquismo del fanatismo marxista” trata de demostrar bajo un paraguas pseudo científico la condición infrahumana y degenerada del enemigo republicano, de los marxistas y de la democracia[15]. El marxismo es una enfermedad (doble y peor si además hablamos de mujeres u homosexuales) que hay que curar, y la curación es la segregación y, a veces, el exterminio.
Podemos demostrar “la proporción al fanatismo marxista de los inferiores mentales y deficientes culturales incapaces de ideales espirituales y la proporción de psicópatas antisociales marxistas”.
“Si la mujer es habitualmente de carácter apacible, dulce y bondadosa debese a los frenos que obran sobre ella; pero como el psiquismo femenino tiene muchos puntos de contacto con el infantil y el animal, cuando desaparecen los frenos que contienen socialmente a la mujer y se liberan las inhibiciones fregatrices de las impulsiones instintivas, entonces despiertasé en el sexo femenino el instinto de crueldad y rebasa todas las posibilidades imaginadas, precisamente por faltarle las inhibiciones inteligentes y lógicas… suele observarse que las mujeres lanzadas a la política no lo hacen arrastradas por sus ideas, sino pos sus sentimientos, que alcanzan proporciones inmoderadas o incluso patológicas debido a la irritabilidad propia de la personalidad femenina” (Vallejo y Martínez, 1939, p.398- 399 cfr, en Bandres y Llavona, 1996:8).
“Tiene la democracia el inconveniente de que halaga las bajas pasiones y concede iguales derechos al loco, al imbécil y al degenerado. El sufragio universal ha desmoralizado a las masas, y como en estas han de predominar necesariamente la deficiencia mental y la psicopatía, al dar igual valor al voto de los selectos que al de los indeseables, predominarán los últimos en los puestos directivos, en prejuicio de la raza”.
“Nuestras esperanzas de justicia no quedaran defraudadas, ni tampoco impunes los crímenes perpetrados, lo mismo los morales que los materiales. Inductores y asesinos sufrirán las penas merecidas, la de la muerte la más llevadera. Unos padecerán emigración perpetua, lejos de la madre patria, a la que no supieron amar, a la que quisieron vender, a la que no pueden olvidar, porque también los hijos descastados añoran el calor materno. Otros perderán la libertad, gemirán durante años en prisiones, purgando sus delitos, en trabajos forzados, para ganarse el pan, y legran a sus hijos un nombre infame: los que traicionan a la patria no pueden legar a la descendencia apellidos honrados. Otros sufrirán el menosprecio social, aunque la justicia social no les perdonará, y experimentarán el horror de las gentes, que verán sus manos teñidas de sangre”
Estas ideas sirvieron para fundamentar gran parte de las políticas represivas del régimen como la eugenesia madres- hijos en la política penitenciaria. Así, las madres lactantes solo podían estar una hora con sus hijos recién nacidos, sirvió para justificar también los asesinatos, los expolios, los campos de concentración “patrióticos” y curativo - rehabilitadores, los trabajos forzados, todo el sistema de durísima represión.
También la Iglesia participó en estas justificaciones santificando la cruzada de sangre y venganza[16], participando, cuando no dando cobertura, a los asesinatos y expolios y participando, así mismo, de la recuperación de la memoria solo de los propios mediante la santificación de los mártires de la cruzada como se puede leer en muchas iglesias españolas.
3. El movimiento por la recuperación de la memoria y las exhumaciones de fosas
Como en otras situaciones similares, de la mano de los derechos humanos surge y se desarrolla un movimiento que busca recuperar la memoria y revindicar la justicia.
El pensamiento socio histórico y la imagen colectiva mayoritaria hasta hace poco en España con respecto a la guerra civil y la cruenta represión posterior desarrollada por el largo régimen totalitario y fascista[17] del general Franco, establecía que éste es un asunto resuelto modélicamente por la admirada y muchas veces puesta de ejemplo internacional a exportar, “transición española a la democracia” que dio lugar a la reconciliación, la democracia y la libertad cerrando las heridas mediante la asunción de errores colectivos y un gran pacto que silenciase lo acontecido (Aguilar, 2004, Moran, 1995, Sastre, 1997, López Pintor, 1982, Maravall, 1995). Sin embargo, y en gran parte, por el movimiento por la recuperación de la memoria histórica y el impacto de las exhumaciones, esta realidad comienza hoy a resquebrajarse, sacando a la luz las inconsistencias e injusticias que quedaron pendientes en aquellos momentos[18], las heridas que quedaron abiertas, la tremenda descompensación entre la memoria de los vencedores y la de los vencidos, las terribles agresiones a los derechos humanos.
Si revisamos los datos objetivos existentes, cabe señalar como aún quedan muchos asuntos pendientes, entre los cuales, la cuestión de las exhumaciones se encuentra entre los más destacados dentro de un movimiento más extenso que aboga por la necesaria e imprescindible recuperación de la memoria de lo acontecido, rehabilitando los papeles de víctimas y verdugos para los participantes en aquellos hechos, para recuperar la memoria histórica y la dignidad queda aún pues que cavar bien hondo.
Así, en la España de hoy se desarrolla con fuerza un movimiento de recuperación de la memoria, comienzan a desarrollarse homenajes, películas, libros, exhumaciones, se crean también asociaciones que se dedican a recopilar la memoria y restablecer la justicia histórica.
Un movimiento que surge de la sociedad civil y que va siempre por delante de la política o las instituciones y que esta siendo protagonizado por los jóvenes nietos de los protagonistas directos de la resistencia contra el franquismo y que avanza con el retorno de la memoria traumática expresada como gran metáfora en las exhumaciones de fosas comunes. Se trata del regreso de los derrotados tras décadas represión y olvido y tras el fallido exorcismo de la transición.
Este es un movimiento plural y diverso, heterogéneo, con discusiones internas, muy activo, retroalimentado por diferentes acciones: homenajes, discursos, textos literarios, películas, etc. que trata de desmantelar la cultura del miedo, de la sospecha y el silencio alimentada durante décadas y “devolver la identidad a los asesinados y desaparecidos” (ARMH).
a. Las exhumaciones en el centro del movimiento
La exhumación de fosas supone, dentro de este movimiento, uno de los puntales y elementos clave pues, como señala Ferrándiz (2005), las fosas quedan como evidencias trágicas, expresivas y tangibles de barbarie bajo los pactos políticos, bajo la represión, el silencio y el olvido. Quedan como testimonio dramático de las heridas de la memoria y de la historia y se convierten en instrumento crucial en la compresión de lo acontecido. “la memoria social retorna ineludiblemente a estos escenarios del crimen… confrontándonos con los fantasmas de la violencia… evocando historias trágicas que fueron silenciadas o apenas susurradas” (109)
Las fosas aparecen como instrumentos cruciales en la comprensión de los efectos sociales, políticos y culturales del terror y los procesos de construcción del miedo colectivo. Bajo mantos interpretativos impuestos por verdades oficiales (pactos del olvido) los cuerpos tirados en las cunetas muestran evidencias de la barbarie particularmente trágicas y expresivas que eliminan cualquier posibilidad de verdades alternativas al constituirse en hechos irrefutables. Las fosas proporcionan información exhaustiva, valiosa de lo acontecido y al tiempo información alterante perturbadora y desconcertante, dramática, espectacular, pruebas incontestables de la magnitud y crueldad “holocausto” que remueven conciencias y hacen visible la represión.
Los familiares pretenden, en su mayoría, localizar a las personas perdidas, enterrarlas adecuadamente, despedirse de ellas, hacer algo que se debe al deudo y pocos tienen una visión global de las exhumaciones como procesos de recuperación de la memoria más general.
En cuanto a la historia de las exhumaciones y al margen de las desarrolladas por el gobierno franquista en escasísimas excepciones de muertos republicanos, los primeros antecedentes se dieron con la llegada de la democracia (sobre todo en Navarra, La Rioja o Extremadura), aunque estos intentos fueron frenados en seco con el intento de golpe estado de Tejero en 1981 (Espinosa, 2006).
Posteriormente, suele darse la cifra del 28 de octubre del 2000 como el punto de inflexión para que se iniciase el desarrollo y multiplicación de los procesos de exhumación con la exhumación de los dados a conocer como “los 13 de Priaranza del Bierzo”, que supuso la creación de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, constituida fundamentalmente por familiares directos de víctimas de la represión. Desde entonces, se han desarrollado alrededor de 90 exhumaciones en diferentes partes de España, principalmente por la ARMH aunque también posteriormente otras asociaciones como el Foro por la memoria comenzaron a desarrollar procesos exhumatorios y recientemente instituciones como la Junta de Andalucía o la Generalitat de Cataluña también abordan este tipo de procesos[19].
Puede hablarse, así mismo de unos 30.000 cuerpos no identificados (Silva y Macías, 2003) que yacen en las cunetas y campos diseminados por todo el país, desde el más conocido caso de Federico García Lorca hasta miles de ciudadanos enterrados en fosas por todo el país. Se calcula que quedan aún un número muchísimo mayor de fosas por exhumar (unas 800 Tom Lavin, 2005; 2000 peticiones señala que tiene recepcionadas la ARMH, El País 18-7- 2006). Se trata de una cuestión no solo política o social, sino también o además, una situación humanitaria de primer orden, reconocida en todos los convenios internacionales.
Las fosas se abren con pocos recursos, con una escasa o nula implicación de la administración, gracias a la colaboración voluntariosa de asociaciones y profesionales de reconocido prestigio como la sociedad de Ciencias Aranzadi.
En el proceso de exhumación, que es como sabemos mucho más que la excavación, están involucrados múltiples elementos que muchas veces tienen que superar un auténtico camino de obstáculos en, por ejemplo, la localización de las familias afectadas o la obtención de datos sobre lo acontecido ante la dispersión de archivos, el bloqueo de alguno de ellos o la poca colaboración institucional como entre otras organizaciones denunció Amnistía Internacional o el equipo Nizkor recientemente. Estos trabajos de investigación previa son desarrollados por voluntarios que se implican en recoger toda la información posible, cuando se tiene información suficiente se pide apoyo técnico para valorar la posible exhumación o no de los restos, la cual se desarrollará, normalmente en periodos vacacionales con la implicación de profesionales, normalmente universitarios, y estudiantes de antropología, arqueología o medicina forense, así como otros voluntarios como los psicólogos recientemente incorporados a los equipos. Posteriormente, se desarrollan los necesarios análisis de laboratorio para determinar las circunstancias de la muerte y las identificaciones. Por último, y mediante homenajes públicos se procede a la inhumación de restos, entregando a los familiares información del proceso y de las conclusiones del mismo. En todo momento, y en paralelo se desarrollan filmaciones y recogidas de datos para la memoria de lo acontecido.
Sin embargo, estos procedimientos están escasamente formalizados o protocolizados y no existe, como mencionábamos anteriormente, una perspectiva sicosocial en el proceso exhumatorio y todas sus diferentes fases.
b) Los procesos de recuperación de la memoria, exhumaciones y su legitimación vistos desde la psicología
Con frecuencia en el debate sobre la memoria histórica, suelen utilizarse argumentos pretendidamente psicológicos para legitimar posiciones en contra de aspectos trascendentales en el movimiento para la recuperación de la memoria histórica como aquellos argumentos que tienen que ver con las exhumaciones o la necesidad de olvidar para no reabrir heridas. Parece que lo razonable, terapéutico, recomendable, sano y normal sería olvidar, no se debería revolver y recordar el dolor, reabrir heridas.
Suele argumentarse también que las personas, asociaciones, familiares o sociedad en general involucradas en los movimientos de recuperación de la memoria histórica están llenos de rencor, odio e ira y buscan la venganza.
Analizando transculturalemnte y desde el conocimiento internacional de procesos similares que hoy tenemos el sistema represor establecido en España trataba de buscar la ruptura de la identidad, el establecimiento de un sistema de terror global que rompiese la resistencia individual y colectiva.
Que este completo sistema de represión, genero y genera sufrimiento psicosocial extenso y global en sus victimas es algo que parece, también, incuestionable si atendemos tanto a la literatura especializada como a los datos que hoy conocemos.
La represión global, supone, entre otros elementos o formas de análisis que podemos establecer el intento de romper la identidad, la identidad individual y social, para controlar al otro pero también para destruir al enemigo, borrando incluso su recuerdo, su memoria.
Una de las más graves secuelas de la tortura es, sin duda, la crisis de identidad que produce. El miedo, el terror, la represión y la violencia política totalitaria generan sin duda sufrimiento en las victimas de manera identificable no solo desde un punto de vista individual sino también grupal o comunitario.
Se establecen, además, victimizaciones complementarias que van desde el ejercicio directo de acciones violentas represivas al no reconocimiento de las victimas como tales o la utilización de métodos como el enterramiento en fosas comunes, el cual pretende hacer desaparecer no solo en el plano físico sino también en el del recuerdo, la memoria y la identidad a las victimas sembrando el terror generalizado.
Con reiterada frecuencia, se usa esta evidencia del dolor causado, por parte aquellos que pretenden “recetar” el olvido para no recordar a las víctimas de la violencia utilizando argumentos pretendidamente de carácter psicológico como la necesidad de no reabrir heridas en una especie de recomendación terapéutica del olvido como tratamiento; pasar página, mirar al futuro, son otras formas de recomendación utilizadas en similar dirección.
Sin embargo, toda la evidencia, práctica y teórica, de la que disponemos hasta el momento con respecto al manejo de las situaciones de duelo, catástrofe o violencia política nos señala que la memoria y el olvido pertenecen exclusivamente a los involucrados directamente en las situaciones de violencia. El olvido, además, será siempre relativo, ya que los hechos traumáticos estarán siempre de algún modo presentes en la memoria pues forman parte de la identidad de las personas. Antes de poder mirar al futuro y establecer un olvido siempre relativo es necesario haber recorrido antes una serie de etapas absolutamente necesarias.
Los dos instrumentos psicosociales básicos con los que contamos para afrontar situaciones vitales estresantes como las causadas por la guerra, la violencia, la muerte de personas cercanas, la perdida de objetos queridos, la represión, etc., son, por una parte, la posibilidad de hablar de lo acontecido para reconstruir/ recolocar el transcurrir de la vida rota por los acontecimientos y, por otra, el reconocimiento social a la persona pérdida, el apoyo social recibido tanto en general (asignación del papel de víctima y justificación de la pérdida como injusta por parte de la sociedad) como en particular, sea este emocional, informativo o instrumental (en forma de reparaciones).
En situaciones de extrema violencia y dictadura en la que se desarrolla un clima de terror y se utiliza como arma de guerra no solo la violencia directa sino la desaparición o el enterramiento en fosas comunes negando la dignidad y la identidad a las víctimas de represión se pretende castigar duramente no solo a las victimas directas sino también a sus familiares, amigos y conocidos pretendiendo borrar del mapa no solo a las personas físicamente sino también su identidad y su memoria, se trata de matar no solo a la victima directa sino también a sus familiares, convirtiéndoles en “muertos en vida”, evitando que puedan, entre otras cuestiones manifestar dolor.
Por eso, desde una concepción rehabilitadora psicosocial, desde un paradigma de acompañamiento a las víctimas de la violencia o desde la óptica de los derechos humanos sabemos que no puede haber elaboración de lo vivido, elaboración del trauma psicosocial hasta que no se produzca por una parte el reconocimiento y apoyo social, para entender lo acontecido y valorarlo, lo cual implica, en casos como el español, la rehabilitación de las víctimas y el establecimiento de instrumentos de justicia retroactiva y memoria dignificadora y, por otra parte, la necesidad de contar lo acontecido y cerrar viejas heridas mal cicatrizadas por la imposibilidad de narrar lo ocurrido o la presencia del miedo inoculado.
Solo las víctimas directas y sus familiares son “dueños” de su memoria y sólo ellos pueden determinar cuándo olvidar y cuándo recordar en el proceso de acompañamiento al dolor que desarrollamos con ellas, solemos sugerirles no obstante, que hay una serie de tareas a afrontar, entre las que se encuentra la aceptación de la pérdida o la búsqueda de apoyo social.
Mientras, la sociedad, especialmente en situaciones de violencia política, debe apoyar a las víctimas, partiendo del reconocimiento social e histórico de su condición de tales y situando en sus respectivos papeles a víctimas y verdugos, posibilitando su expresión de emociones y recuerdos, dándoles tiempo para elaborar lo ocurrido, para homenajear y recordar a los perdidos. En este sentido, son iguales las víctimas de ETA, las víctimas del 11 M, las del 11 S que las de, por ejemplo, la represión de la dictadura franquista. Todas piden, como antes lo recibieron las víctimas causadas por la violencia republicana, reconocimiento y apoyo público y social de su condición de víctimas, justicia, memoria y medidas reparadores en los tres espacios clásicos: conocimiento de la verdad de lo acontecido, reparaciones simbólicas y/ o económicas y justicia.
Por eso tiene poco sentido y resulta maniqueo, hipócrita y sin ninguna base o fundamento científico o pragmático señalar la necesidad de recordar a las propias víctimas (mediante, por ejemplo, placas por los caídos por Dios y por España, beatificaciones, libros propagandísticos tipo Pío Moa o medidas legislativas reparadoras establecidas en su momento desde indemnizaciones a homenajes casi diarios por el régimen de terror franquista) recetando el olvido para las otras víctimas para no reabrir sus heridas personales, sociales o históricas. El abismo moral existente entre el tratamiento a unas y otras víctimas resulta increíble y al tiempo inaceptable como lo fueron muchas de las circunstancias opuestas en que se convirtieron en víctimas: desde el punto de partida como defensores de un régimen legítimamente constituido o de un golpe de estado.
Con respecto a la también repetida consigna de que los familiares estan llenos de rencor, odio y animos de venganza cabe señalar como en ninguna de las entrevistas que hemos tenido ocasión de revisar, ni en las que desarrollamos directamente a pie de fosa (hemos participado en más de 20 hasta el momento) en los acompañamientos psicosociales desarrollados, se aprecia ningún ánimo de revancha o venganza en las víctimas o sus descendientes directos.
Día a día, los últimos treinta años pudieron seguir vislumbrando placas o calles dedicadas a los represores o pudieron seguir buscando a sus familiares desaparecidos en fosas comunes sin nombre pero no reaccionaron rompiendo las placas o agrediendo a los culpables, aún estando muchos de ellos cerca, viviendo en ocasiones pared con pared, o a pesar de que los mismos disfruten de alguno de los bienes que pudieron robarles.
Quedan, eso sí, deseos de justicia, de recuerdo de lo acontecido y la necesidad como derecho de primer orden reconocido por otra parte, en toda la legislación internacional sobre derechos humanos, de encontrar al familiar desaparecido y enterrarlo adecuadamente, cerrar el largo y silenciado durante años ciclo de sufrimiento, devolver al deudo un merecido recuerdo y homenaje enterrándole y honrándole como se merece.
A través de las entrevistas directas tenidas por vosotros con los familiares, tanto antes como durante y después de las exhumaciones; de los testimonios grabados de quienes vivieron los hechos; de los documentales producidos, etc. etc. habría que sacar unas conclusiones provisionales, altamente fundadas, sobre las desapariciones forzadas cuando menos en orden a:
a) Lugares donde se produjeron (es decir, casi en todo pueblo y lugar).
b) Cuando se produjeron (las más numerosas, las más indiscriminadas, y las de mayor grado de arbitrariedad y de aparente irracionalidad, al entremezclarse con venganzas personales, suceden entre Septiembre y Octubre de 1936, tanto en aquellos lugares donde el golpe triunfa desde su inicio como en aquellos otros lugares conquistados seguidamente, mediante la denominada ”violencia en caliente”, y que, paralelamente, son coincidentes con acontecimientos como la conquista del Alcázar de Toledo y la preparación del asedio sobre Madrid para su toma militar).
c) Que las victimas son prácticamente en su totalidad, personas que se hallan en la creencia de que no serían objeto de persecución porque su intervención política con anterioridad al golpe había sido nula o poco significada y significativa.
d) Que el sistema generalizadamente empleado es esencialmente coincidente: detención, asesinato mediante fusilamiento y desaparición del cuerpo en descampados, más atemorizando a los familiares en caso de pretender recuperar los restos.
e) Que los autores suele ser la Guardia Civil con la intervención y control de falangistas en la retaguardia y la bendición del cura párroco.
c) Tratamiento de las victimas desde la psicología y los derechos humanos
Cuando existen abismos tan hondos en el tratamiento de las víctimas y los derechos humanos básicos como el que tenemos en nuestro país en el tratamiento de las víctimas de un período histórico tan trascendental como la guerra civil y la posterior cruenta dictadura fascista dirigida por Francisco Franco, sólo cabe revindicar desde el sentido común y también desde el conocimiento científico, el desarrollo de medidas de recuperación de la memoria y de la justicia desde la óptica de los derechos humanos, de las víctimas situadas en un lugar central o de la legislación internacional.
Y no hace falta “inventar” nada nuevo, simplemente seria suficiente con seguir lo establecido en los textos internacionales sobre derechos humanos o copiar de otros procesos de memoria histórica como el Alemán, el Argentino o el Sudafricano, simplemente se trata de escuchar a las víctimas y atender sus legítimas demandas.
Todas las víctimas son iguales, sí, pese a que las circunstancias como ya se señalo pero no todas han sido recordadas por igual, no todas fueron tratadas igual, no todas obtuvieron reparación, ni reconocimiento, por eso, resulta grotesco y hasta cómico, si no estuviésemos hablando de situaciones tan terribles, hablar de la igualación de bandos también en el terreno de la memoria y rehabilitación de las víctimas.
En este, como en otros casos, los regímenes fascistas pretenden borrar la identidad y memoria de sus victimas, incluso negándoles a los familiares la posibilidad, no solo de llorar a sus perdidos, sino de encontrarlos y enterrarlos, la verdad de lo acontecido. Sin embargo, surgen movimientos ciudadanos imparables que revindican justo lo contrario y que en nuestro caso, si bien llegaron muy tarde, son nuevamente imparables por más que se esfuercen desde distintos ámbitos en el olvido o en lo que es peor, en el más rancio revisionismo guiado por personajes como Pío Moa. Ha ocurrido históricamente así en diferentes partes del mundo, en diferentes situaciones y estos movimientos resultan imparables sobre todo cuando queda tanto por hacer, cuando quedan tantos desaparecidos, cuando hay tanto olvido y miedo aún en nuestra sociedad.
Habrá que recuperar la verdad, conocer lo que ocurrió, rehabilitar jurídicamente y socialmente a las víctimas, repararlas económica y simbólicamente, encontrarlas y, en su caso, y si así lo quieren los familiares, enterrarlas de acuerdo a sus peticiones, con justicia, homenajearlas y recordar su historia para que está no vuelva a repetirse.
Solo cuándo el terrible miedo a contar lo que ocurrió que aún hoy sienten una generación de españoles pase y pueda reconstruirse el discurso traumático roto, cuándo se sepa todo lo ocurrido, cuando se rehabilite a las victimas y se repare a sus familiares o cuando este país ya no tenga desaparecidos y muertos enterrados como perros en miles de cunetas y fosas comunes podremos hablar como personas y como país de un Estado plenamente democrático, de una sociedad guiada por los derechos humanos, de unas historia que atiende a las victimas.
d) Acompañamientos psicosociales en procesos de exhumación
Solo recientemente y gracias a la colaboración establecida en el tiempo entre la ARMH y la ONGD Psicólogos sin fronteras Madrid[20] se establece el desarrollo práctico y concreto de acompañamientos psicosociales a los procesos de exhumación.
Antes de estas experiencias algunas incursiones de psicólogos en estos procesos tuvieron resultados contraproducentes[21] o no pueden reflejarse porque no fueron sistematizadas y comunicadas
Por parte de los psicólogos incorporados desde Psicólogos sin Fronteras Madrid, se desarrollan las siguientes acciones:
· La colaboración en acciones de sensibilización- difusión como el desarrollo de jornadas de sensibilización a través del proyecto de documentales “Imágenes contra el olvido” (www.imagenescontraelolvido.com) que consta de 15 documentales y a los que acompañamos con el desarrollo de talleres sobre la memoria “Cartas contra el olvido” movilizando la empatía de los asistentes.
· La presentación de informes profesionales que desde la óptica de lo que conocemos hoy en los procesos de crisis y acompañamiento psicosocial señalasen que las exhumaciones bien desarrolladas y respondiendo a peticiones explícitas de los familiares, lejos de reabrir heridas suponen el cierre necesario de un proceso doloroso además de un derecho humano básico que necesariamente debe ser atendido, al igual que otras demandas como las de justicia, verdad o reparación desde la óptica psicosocial; la constatación de que no existen en los familiares procesos de rencor, odio o rabia o el desvelamiento del papel activo de algunos psiquiatras del franquismo (léase Vallejo Najera o López Ibor) en la legitimación de la violencia franquista.
· Curso de formación previo a los procesos de exhumación
· Discusión, adecuación y elaboración de protocolos de entrevistas, a partir de trabajo desarrollado por ECAP y GAC en Guatemala en la investigación: Impacto Psicosocial de los Procesos de Exhumación en Rabinal, Guatemala.
· Desarrollo de procesos de acompañamiento en exhumaciones (más de 20 hasta la fecha).
Los equipos de psicólogos estan dentro y junto al resto del equipo técnico y de voluntarios que desarrollaba la exhumación desde otros planos técnicos, compartiendo alojamiento, comida y demás experiencias.
Se desarrolló una propuesta escrita de que puede aportar la psicología a los procesos de exhumación antes, durante y después de las excavaciones, propuesta que explicamos a los coordinadores de los equipos de intervención y que plantea que los psicólogos formen parte de los equipos de exhumación como un elemento más del mismo, empotrados desde el principio en los equipos, aportando su parte de trabajo a las ordenes del director del equipo de excavación y a las de la asociación de familiares, jugando un papel secundario y no protagónico. Todos los profesionales desarrollan una labor voluntaria, sin obtener remuneración alguna, normalmente en sus vacaciones. Incluso tienen que aportar algunos gastos como el desplazamiento. Se acuerda, así mismo, aportar informe de lo acontecido en el transcurso de la exhumación en el plano psicosocial, informe que se incorporará al informe general que se entrega a las familias y en el que queda constancia técnica de lo desarrollado.
Una vez explicadas estas funciones a desarrollar, iniciamos los procesos de acompañamiento psicosocial en el durante y el después y en el que se plantea cubrir los siguientes objetivos o áreas de trabajo (previamente los psicólogos, como el resto del equipo, son presentados a los familiares):
a) Acompañar los procesos de las familias de las víctimas.
Para lo cual se establece contacto con las mismas y se les acompaña en todo momento tanto a pie de fosa como visitándoles en sus casas si lo mismo es necesario, se establecen cauces de comunicación, medicación y contacto con las familias desde la empatía y la cercanía poniéndonos a su entera disposición para que tengan la oportunidad de hablar, recibir apoyo, ser acompañados, recibir cualquier tipo de explicación pertinente, evaluar las expectativas y acompañar su ajuste al desarrollo de los acontecimientos o recibir apoyo especialmente en situaciones complicadas como exhumaciones fallidas (no se encuentra la fosa o se encuentran pocos restos, por ejemplo), visualización de elementos claros de violencia o momentos puntuales en que la emoción se desborda y se producen situaciones de dolor (ej. Identificaciones, revivir los hechos, grandes niveles de activación). Resulta fundamental normalizar las reacciones señalando como las mismas son normales y lógicas. Se trata de cuidar los procesos emocionales intensos que se producen en la exhumación, acompañar a las familias para su correcta elaboración de los mismos, ajustar las expectativas, sentir el apoyo psicosocial, dar la oportunidad de hablar, desahogarse, reelaborar el trauma mediante la palabra.
Otras situaciones que generan dificultades y en las que debemos establecer procesos de acompañamiento y mediación serían aquellas en que se producen conflictos dentro de las propias familias con respecto al propio proceso de exhumación (unos miembros de la familia quieren, otros no) o conflictos entre diferentes familias (por ejemplo, testimonios contradictorios sobre los familiares encontrados en la fosa, la situación de la misma o la organización de actos de homenaje- inhumación posterior y en particular la presencia o no de signos republicanos o la presencia o no de rituales religiosos). Es especialmente importante también el buen establecimiento de vínculos entre los familiares previamente a la exhumación y que vayan más allá de la misma.
Según los tiempos y momentos en que se desarrolla la exhumación, es necesario disponer de tiempo y espacios para explicar a los familiares como se va avanzando en el proceso y qué es lo que cabe esperar, estas explicaciones proporcionadas excelentemente por los equipos técnicos que estan desarrollando la exhumación, son reforzadas por nuestro trabajo cuando, a veces, llega un familiar nuevo, surge una duda o pregunta nueva o los tiempos en que esta programada la exhumación no permiten hacer muchos parones explicativos.
Se trata de desarrollar un proceso en el que nos implicamos personalmente con mucha intensidad, en el que el familiar al que se acompaña es importante para uno y viceversa, estableciéndose vínculos de mutua confianza y comprensión, en el que ponemos el cuerpo y el alma, el sentimiento y la razón para cargar de humanidad, cercanía, sensibilidad, compromiso y empatía nuestras tareas de acompañamiento. Partimos de los problemas que la persona expresa, de sus necesidades. Aceptamos sus expresiones y manifestaciones, sus valoraciones y tratamos de canalizar la expresión de posibles sentimientos ocultos como posibles temores (por ejemplo, espero que no me pase nada). Se trata de conocer intereses familiares sobre exhumaciones y buscar que sean tenidos en cuenta y respetados. A veces también se trata de contrarrestar los rumores y las desinformaciones y de ajustar expectativas, que sean realistas, de reflexionar acerca del significado que tiene para ellos buscar- encontrar a sus familiares (vinculo muertos, antepasados, ancestros). Se trata también de garantizar la movilización de todo el apoyo social, emocional e instrumental del que disponga el familiar animándole a avisar a los familiares, amigos o a que voluntarios de la comunidad puedan acompañarle en todo momento tanto en el momento de la exhumación como posteriormente.
Para todo lo cual empleamos algunos instrumentos de medida que combinan la observación participante con el desarrollo de entrevistas estructuradas y semi estructuradas. Pueden mediante estos instrumentos detectarse, así mismo, posibles situaciones futuras de riesgo. Entre los grupos de familiares (y también de “visitantes” aunque en menor medida) tenidos en cuenta especialmente podemos situar a los menores y aquella personas sin apoyo social constatado.
b) Cohesión de grupo y atención a las necesidades del mismo.
Se trata de estar presente y acompañando al equipo técnico de intervención y a los voluntarios que participan en la misma, dándoles, en todo momento, la posibilidad de conversar. Así mismo, se trata de intercambiar visiones y puntos de vista con respecto al desarrollo de la exhumación desde una óptica multidisciplinar que enriquece el proceso. Observamos y evaluamos como un miembro más del equipo, compartiendo con él en todo momento sensaciones, percepciones, decepciones y alegrías y, en algunos momentos, si lo mismo es necesario, trabajo activo en áreas como la búsqueda de fosas, desalojo de tierra o similares. Una de las tareas específicas que desarrollamos en este apartado es el propio apoyo entre los psicólogos participantes que al tiempo que intercambiamos información y evaluamos el desarrollo de la exhumación y la situación de los familiares desde nuestra óptica psicosocial, también lo hacemos sobre nuestra propia carga emocional, sobre nuestros sentimientos y como sobrellevarlos, compartiéndolos, manteniendo un ojo dentro del proceso de acompañamiento y otro fuera que nos permita mantener la objetividad y evitar riesgos como la sobre implicación emocional.
El equipo de exhumación resulta ser para nosotros fundamental a la hora de evaluar lo que paso en la exhumación (aspectos a mejorar y aspectos bien resueltos), desgaste emocional/ aprendizaje crecimiento personal por participar en la exhumación por parte del equipo y motivaciones para la exhumación.
c) Cierre proceso exhumación.
En una excavación no solo salen a la luz huesos, esos huesos tienen una historia terrible detrás y generan procesos emocionales y sociales complejos en los familiares y en las comunidades, las emociones se revuelven y la alegría y tristeza se mezclan, resulta sumamente importante cerrar bien el proceso, verificar el cumplimiento de expectativas, reconocer el papel que tiene la exhumación en el reestablecimiento de un proceso de justicia.
El cierre de la excavación es un momento simbólicamente muy importante como lo es la posterior inhumación, en el mismo es importante dar la oportunidad a los familiares de intervenir sintiéndose los protagonistas del proceso, también resulta importante que puedan desarrollarse otras acciones cargadas de simbolismo como cubrir de flores la fosa o hacerse alguna foto todos juntos.
En este punto nosotros como profesionales podemos aportar especialmente y, si es necesario, continuar la tarea de acompañamiento es espacios diferentes a la fosa (visitas a casas, reuniones grupales, acompañamientos una vez terminada la exhumación).
d) Repercusión psicosocial de las exhumaciones
Toda exhumación, produce de manera natural, además de repercusiones psicológicas, otras de índole más social o comunitario, muchas personas de la comunidad al ver información de lo que esta ocurriendo por los medios de comunicación o ver personas “extrañas” a la comunidad, se interesaran por lo que ocurre y, en muchos casos, visitarán la exhumación que en todo momento se presenta, como no podría ser de otra forma, como un lugar abierto a la comunidad en el que se desarrolla todo tipo de acciones explicativas y pedagógicas sobre lo que va ocurriendo y encontrándose.
Estos procesos que se producen siempre de manera natural en todas las exhumaciones pueden, como ocurre con el resto de las circunstancias señaladas, mejorarse y sistematizarse mediante procesos como la recepción de los “visitantes” a la exhumación, explicaciones a los mismos de lo que se esta haciendo, promocionar mediante el contacto previo con los informantes claves de la comunidad y las organizaciones existentes (asociaciones, etc.) las visitas a la exhumación (por ejemplo sería interesante, en los casos en que esto fuese posible, organizar visitas por parte de los jóvenes escolares o asociaciones). Es importante también que estos procesos no produzcan una sobrecarga en las tareas de exhumación para los equipos que estan trabajando y que se hagan con respeto a los familiares, para lo cual establecemos procesos de mediación para pedir si es necesario silencio cuando los tonos se elevan, respeto al proceso invitando si es necesario a abandonar el mismo o desarrollando explicaciones y aclaraciones. En este punto, es importante desarrollar un trabajo previo con respecto a la situación de la comunidad con respecto a la exhumación: apoyos, detractores, indiferentes, lideres comunitarios, estructuras organizativas, etc. Y resulta también necesario registrar las visitas incluyendo entre las mismas las visitas de los medios de comunicación locales, nacionales e internacionales. Es importante, garantizar un seguimiento de la aparición de estas noticias pues suponen un reconocimiento social para las familias. Estos registros podrán servir, posteriormente, para establecer redes de personas con las que establecer posteriores procesos de difusión y sensibilización o para movilizar el apoyo social necesario para las victimas y la recuperación plena de la historia de la comunidad incluyendo lo acontecido en la exhumación. También resulta necesario vincular este procesos globales con locales en la recuperación de la memoria y la búsqueda de la justicia, verdad y reparación. Para estas tareas desarrollamos entrevistas en profundidad con agentes clave de la comunidad (como alcaldes o asociaciones) y registros observacionales de los asistentes a la exhumación.
e) Apoyar a las familias y las asociaciones en la búsqueda de la verdad, justicia y reparación.
Se trata, por una parte de, explicar el sentido de las exhumaciones y los procesos que en ellas se producen a sectores sociales y comunitarios que pueden estar en contra de las mismas por entender que, por ejemplo, son procesos que reabren heridas o que pretenden buscar la venganza. Movilizar por una parte la empatía ¿que harías tú si no supieses donde tu familiar esta enterrado y que le ocurrió realmente? Y por otra establecer desde el conocimiento que tenemos disponible lo necesario de estos procesos y su establecimiento como sanos mental y socialmente para los familiares y las comunidades si se desarrollan adecuadamente. Se trata de explicar los porqués de las exhumaciones, de mediar entre los familiares y las comunidades para que entiendan el sentido de lo que se esta desarrollando.
También resulta importante mediar con las familias en el camino que va entre los motivos humanitarios para desarrollar la exhumación ligados a su familiar y la necesidad de revindicar situaciones similares para otros familiares, dar el salto de lo personal a lo comunitario (lo ocurrido en el pueblo) y lo global introduciéndose conceptos como la justicia o la reparación en los que en un primer momento los familiares no suelen pensar.
Para el desarrollo de todas estas funciones desarrollamos un proceso de formación y selección de psicólogos participantes en la experiencia, transmitiendo, por una parte, conceptos claves como la contextualización histórica de la represión, principios de intervención psicosocial en crisis o los procesos de acompañamiento psicosocial en exhumaciones; la selección se desarrolla en función de experiencia, formación y disponibilidad.
Con respecto a los instrumentos de medida utilizados para el buen cumplimiento de los objetivos señaladas hay que referir: la guía observación, entrevista con informantes clave, entrevista con gente del pueblo y entrevista con equipos intervención.
En el terreno del trabajo pendiente a mejorar podríamos situar:
· Procesos pre: establecimiento de vínculos previos con las familias y comunidades y contextualización.
Seria necesario involucrarse y mejorar tanto la información como el trabajo pre que pudiésemos desarrollar disponiendo de mayor información contextualizadota sobre la represión sufrida en la zona, la situación de la exhumación o las familias contactadas y por contactar. Seria necesario también desarrollar contactos previos con las familias y las comunidades que pueden preparar las intervenciones posteriores a desarrollar como la difusión pedagogía de la exhumación entre los informantes clave con visitas a la fosa o la preparación de lo que ocurrirá (incluyendo la posibilidad de no encontrar la fosa o restos) con las familias.
· Durante: registro y ajuste de instrumentos
Resulta complejo compatibilizar el uso de instrumentos de medida (necesarios pues sin ellos no podríamos evaluar operativamente y obtener conclusiones sólidas) con las intervenciones en sí mismas. Así mismo, debemos establecer un proceso de evaluación de los instrumentos y ajuste de los mismos a las situaciones para las que fueron concebidos.
· Procesos post: entre la exhumación y la inhumación
La exhumación no termina en la excavación ni en la inhumación, una vez que se desarrolla la misma, se abren múltiples procesos psicológicos y sociales o comunitarios que es necesario seguir, evaluar, potenciar e incentivar.
Entre estos procesos post se encuentran las explicaciones sencillas de carácter sensibilizador que podamos desarrollar sobre los motivos que llevaron a la exhumación y la profundización en los fundamentos de la misma ante otros miembros de la comunidad u otras comunidades.
· Investigación papel psicología y psiquiatría en la legitimación/ Investigación consecuencias psicosociales represión y estrategias de afrontamiento- resiliencia
Por último, incluimos entre lo pendiente estas dos tareas no directamente ligadas con las exhumaciones pero que consideramos igualmente necesarias.
4. Conclusiones
Los primeros resultados obtenidos a partir de la puesta en marcha del acuerdo señalado y los procesos de acompañamiento psicosocial, indican la valoración positiva que las familias hacen de la intervención que desarrollamos, valoración también positiva por parte de los equipos de intervención y de la asociación de familiares. Puede señalarse, así mismo, como la mayoría de los motivos para exhumar tienen que ver con motivaciones humanitarias básicas (enterrarle donde corresponde y no “como un perro”, saber que era él) y en segundo lugar, aunque en menor medida, conocer lo acontecido para que quede constancia. No se constatan sentimientos de rencor, venganza u odio en los familiares. Tampoco situaciones de rechazo en las comunidades.
El apoyo psicosocial aporta sobre procesos que ya se desarrollan de forma natural una mejora de los mismos, reforzando procesos naturales que ya de por si se producen en una exhumación, se trata de un proceso de mediación, acompañamiento y potenciación de elementos significativos y positivos para la exhumación como proceso.
El contexto de las exhumaciones en España tiene unas connotaciones diferentes a las que se producen en otros países. Mientras que en la mayoría de situaciones ha transcurrido un lapso de tiempo inferior a una generación entre la desaparición y la búsqueda, en el caso de la Guerra Civil ha pasado ya una segunda y está en transición a la tercera generación. Eso implica connotaciones diferentes: no es el familiar directo – la viuda, el hijo – quien busca, sino familiares que en más de dos tercios de los casos, no llegaron a conocer al desaparecido.
Los familiares entienden las excavaciones desde las razones emocionales y de vínculo con los asesinados, o por saber qué pasó en la historia local, más que en términos de reivindicaciones políticas, de seguir su trayectoria de militancia o de buscar medidas reparatorias (aunque sean meramente simbólicas). Con todo, hay un número significativo de alrededor del 25% de familiares que sí apoyarían iniciativas en este sentido.
En conjunto se considera que las exhumaciones son positivas a nivel familiar y que es bueno para el conjunto del país. Se tiene más dudas respecto al impacto a nivel micro social (en los pueblos donde se realizan), aunque en ningún caso se haya podido constatar hechos reales de rechazo o confrontación.
Uno de los tópicos que más se han repetido para oponerse a las exhumaciones es que estas podían responder a sentimientos de rencor o venganza o que podían despertarlos. Las entrevistas apuntan justo a lo contrario: las exhumaciones se asocian a emociones positivas de solidaridad, alegría u orgullo. Hay tristeza y ansiedad en determinados momentos, pero desde luego, no sentimientos de resentimiento o venganza.
No parece haber un proceso organizativo fuerte de los familiares, pese a que la propia exhumación tiene un cierto efecto movilizador y crea un clima colectivo que podría favorecer procesos organizativos.
Todo lo anterior apunta a que:
· Las exhumaciones son procesos positivos para los familiares implicados en términos emocionales y de terminar procesos pendientes dentro de las familias. No parecen haber efectos negativos.
· Son vistos como positivos para el país y se tiene más dudas respecto al impacto comunitario, aunque no se concretan en nada efectivo.
· Esto apunta a que no parecen existir razones de peso evidenciables para mantener una actitud de bajo perfil extremo en el trabajo previo a la exhumación. No parece que puedan existir problemas graves de destrucción de restos justificados por enfrentamientos vecinales alrededor de la exhumación.
· Tanto las dudas respecto al impacto comunitario como la ausencia de procesos organizativos previos desde los propios familiares y la posibilidad de procesos organizativos posteriores sugieren que el proceso de exhumación podría beneficiarse así mismo de un proceso de trabajo previo de consolidación y organización del. Esto podría permitir no sólo mejorar las tareas de identificación de lugares de excavación (que sería asumido por los propios familiares), sino poder realizar tareas de sensibilización en la comarca y debatir sobre todos los aspectos relacionados con la reparación, en especial las medidas de carácter simbólico.
· Propuestas de futuro: Lo que aun queda por hacer
Si determinadas situaciones no se reconocen, la discriminación se perpetúa, la mentira se establece como norma, la impunidad se instala, no se desarrollan actos de justicia y derechos humanos básicos como encontrar a los desaparecidos. Éstas son razones y argumentos clásicamente empleados para la constitución de instituciones como el tribunal penal internacional, la comisión de derechos humanos de la ONU o las comisiones de la verdad, sin embargo, en nuestro país llevan siendo ignoradas todos estos años.
En España, se produjo una domesticación a partir del terror fascista del franquismo como bisturí para efectuar una lobotomía colectiva para implantar en las masas de españoles una amnesia histórica inducida, borrando la memoria, colocando en su lugar una falsa historia y una falsa memoria que, por ejemplo, habla de progreso económico cuando lo que ocurrió fue un atraso de años desaprovechándose la oportunidad de modernizar el país. Éste y otros mitos y falacias necesitan ser combatidos.
Enumeremos brevemente alguna de las reivindicaciones de las asociaciones y del movimiento estructurándolas bajo el clásico esquema de búsqueda de la verdad, búsqueda de la justicia y reparaciones
1. Búsqueda de la verdad
· Crear una Comisión de la Verdad al estilo de las creadas en países como Argentina o Chile que sea un consenso social sobre los hechos históricos de la guerra y la represión de la posguerra y la dictadura
· Educación en derechos humanos difundiendo la verdad de lo acontecido en diferentes espacios como escuelas, centros cívicos, publicaciones….
· Acceso a fuentes de información ahora cerradas: aprobando mediante leyes que obliguen a abrir los archivos civiles y militares existentes sobre la guerra civil y la dictadura para su conocimiento público y uso por historiadores
2. Búsqueda de la justicia
· Desarrollar juicios morales de figuras connotadas de la dictadura, dando a conocer su participación en los hechos.
· Anulación de los juicios sumarísimos hechos por tribunales militares a población civil durante la guerra y la post-guerra por su carácter ilegal, y como formas de dignificar y rehabilitar social y moralmente a los condenados.
3. Reparaciones
· Reconocimiento y rehabilitación social del papel de las víctimas y sus familias como defensores del Gobierno constitucional de la República
· Exhumación de los cuerpos de las víctimas ejecutadas de manera extrajudicial o sumarísima y re entierro en condiciones de dignidad
· Crear lugares de homenaje y memoria para las víctimas
· Romper con mitos como la igualación de bandos u otros
· Desaparición de todos los símbolos del franquismo (monumentos, calles, plazas, estatuas…), considerándolos signos de exaltación de ideologías antidemocráticas[22].
· Convertir el Valle de los Caídos en Museo de la Memoria
· Reorganizar y ampliar las indemnizaciones hasta el momento aprobabas, por ejemplo pagar las indemnizaciones aprobadas para los llamados “niños de la Guerra” o modificar las indemnizaciones económicas a los presos del franquismo ampliando las fechas y cuantías.
· Decenas de miles de presos republicanos trabajaron y muchos de ellos murieron en obras públicas (Valle de los Caídos, presas, canales…) o entregados por un precio simbólico a empresas privadas afines al régimen que se beneficiaron de la situación. Habría que indemnizar económicamente a los denominados “esclavos del franquismo” o sus familiares supervivientes.
· Devolver la nacionalidad española a los militares republicanos que fueron privados de ella estando en el exilio.
· Devolver lo expoliado a los vencidos (ley de responsabilidades políticas que el franquismo estableció para dar cobertura a esta situación) más allá de hacerlo solo con sindicatos o partidos políticos como hasta el momento.
Se trataría por tanto, de aplicar los conocimientos que hoy tenemos en materia de derechos humanos para fortalecer la democracia, aplicar la legislación internacional vigente en esta materia, aprender de otros modelos, algo que parece sencillo pero que en la práctica sigue resultando imposible.
A las organizaciones sociales involucradas en la defensa de los derechos humanos nos seguirá tocando la misión de revindicar lo obvio, de recordar lo pendiente, de escuchar y dar voz a las víctimas y sus familiares para que se escuchen altas y claras sus legítimas demandas, de acompañarles, de pedir con ellos justicia, verdad, memoria y dignidad.
Por eso, como organización ligada a los derechos humanos y su defensa, como organización involucrada en el acompañamiento psicosocial a las víctimas de la violencia, de catástrofes o de emergencias, como organización comprometida con la educación en valores como la paz, la igualdad o la solidaridad, como profesionales comprometidos con nuestra realidad y la realidad de los que sufren, estamos desarrollando labores de recuperación de la memoria acompañando y escuchando de las victimas, a sus familiares, a sus asociaciones, acompañando y respaldando sus reivindicaciones justas y legitimas, acompañando procesos tan duros emocionalmente como necesarios y sanos psicológica y socialmente como los procesos de exhumación o la recuperación de historias de vida o testimonios.
También nos toca recordar a nuestra profesión y a los futuros profesionales nuevamente, que las ciencias en general y la nuestra en particular no son ingenuas, inocuas o neutrales y que en esta como en otras situaciones jugamos un papel desde la psicología y la psiquiatría como instrumentos de legitimación pseudos científica del terror fascista que instauró el franquismo, señalando a los marxistas, demócratas y republicanos como imbéciles sociales o débiles mentales, enfermos que había que rehabilitar en el mejor de los casos y eliminar eugenésicamente directamente (mediante ejecuciones sumarias) o indirectamente (imposibilitando su reproducción para evitar que continué la degeneración del fenotipo/ raza hispana en palabras de Vallejo Najera, mediante su internamiento en campos de concentración, la separación de madres e hijos, el sometimiento a condiciones de exclusión extremas o situaciones similares).
En conclusión la memoria y sus procesos no abren heridas o traumas psicológicos, mas bien normaliza la convivencia, pues rompe tabúes sociales y políticos, y con ella las personas, las victimas atenúan sus propias pesadillas.
Bibliografía
· AGUILAR FERNÁNDEZ, P., (2004) “Guerra civil, franquismo y democracia” en Claves de la Razón Práctica, nº 140. Marzo 2004
o (1996) Memoria y olvido de la guerra civil española, Alianza Editorial, Madrid.
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ANEXO 1
Exhumaciones de la Guerra Civil llevadas a cabo en España desde el 2000. Información recopilada por el profesor Francisco Echeverria
Año 2000
Lugar
Provincia
Mes
Dirección
nº individuos
Priaranza del Bierzo
León
octubre
Julio Vidal
13
Año 2001
Fresnedo
León
septiembre
Julio Vidal
4
Año 2002
Piedrafita de Babia
León
julio
M.L. González
7
Cabañas de la Dornilla I
León
julio
Jesús Tapia
2
Cabañas de la Dornilla II
León
julio
Jesús Tapia
3
S. Pedro de Olleros
León
julio
Jesús Tapia
2
Onamio
León
julio
V.Carlon - M.L. González
1
Espinosa de Cervera
Burgos
septiembre
M.L. González
4
Candeleda
Avila
octubre
J. Ortiz-J. Jiménez
3
Meneses de Campos
Palencia
octubre
Julio del Olmo y Carlos Sanz
9
Zaldibia
Gipuzkoa
septiembre
Jesús Tapia
2
Arrasate
Gipuzkoa
octubre
Fco. Etxeberria
2
Nava del Rey
Valladolid
diciembre
Julio del Olmo
3
Año 2003
Navas del Rey
Valladolid
febrero
Julio del Olmo
2
Palacios de Goda
Valladolid
febrero
Julio del Olmo
8
El Bohodón
Avila
febrero
Julio del Olmo
1
Costaján - Aranda
Burgos
mayo
J.M. Carretero
81
Lomas
Palencia
abril
Julio del Olmo
3
El Bosque
Cádiz
diciembre
13
Trigueros del Valle
Valladolid
mayo
Julio del Olmo
2
Recas
Toledo
mayo
V. Carlón-M.Luz González
7
Puente Compasquillo
Valladolid
junio
Julio del Olmo
19
Cabañaquinta
Asturias
junio
J.A.Gutiérrez
2
Otero de los Herreros
Segovia
junio-julio
M. Contreras
5
La Horra I
Burgos
julio
Jimi Jimenez
6
La Horra II
Burgos
julio
Jaime Nuño
6
La Horra III
Burgos
julio
Jaime Nuño
10
Valdediós
Asturias
julio
J. Ortiz
17
Pardamaza
León
julio
V. Carlón-M.Luz González
2
Vadocondes I
Burgos
agosto
Julio del Olmo
3
Olmedillo de Roa
Burgos
agosto
L. Herrasti
8
Velilla
Valladolid
agosto
J. del Olmo
3
Pepino
Toledo
agosto
Jorge Vega
12
Ricosende
Ourense
septiembre
J. Jiménez-J. Ortiz
1
Villager de Laciana
León
septiembre
Mª Luz Gonzalez
1
Soutadoiro
Ourense
septiembre
ARMH
1
Bercial de Zapardiel
Avila
Eva Redondo
4
Gorladiza del Pino
León
octubre
J. Jiménez-J. Ortiz
2
Alburquerque
Badajoz
M.Casado - D.Peral
15 o 16
Vadocondes II
Burgos
octubre
Fco. Etxeberria
6
Aldeaseca
Avila
octubre
Julio del Olmo
7
Arjona
Jaén
octubre
ARMH
7
Boecillo
Valladolid
noviembre
Julio del Olmo
2
Ampudia
Palencia
noviembre
Julio del Olmo
9
Andoain
Gipuzkoa
noviembre
Fco. Etxeberria
1
Villerías ¿?
Palencia
noviembre
ARMH
9
Boecillo
Valladolid
diciembre
Julio del Olmo
2
Solanilla del Tamaral
Ciudad Real
diciembre
Luis Miguel Sánchez Tostado
1
Año 2004
Ampudia
Palencia
enero
Julio del Olmo
3
Callosa del Seguro
Alicante
enero
IG
2
Quintanilla de Abajo
Valladolid
marzo
Julio del Olmo
7
El Bosque
Cádiz
abril
13
Paredes de Nava
Palencia
mayo
Julio del Olmo
7
Guaza de Campos
Palencia
mayo
Julio del Olmo
9
Elgeta
Gipuzkoa
junio
Jesús Tapia y
Jimi Jimenez
9
La Guijarrosa
Córdoba
junio
foro
17
Santaella
Córdoba
junio
foro
5
Prats de Llucanes, Osona
Barcelona
junio
Joseph Arimany
7
Benegiles
Zamora
julio
Javier Ortiz
3
Villamayor de los Montes
Burgos
julio
Angel Fuentes
45
Melke
Segovia
julio
Julio del Olmo
5
La Lobera
Burgos
agosto
Juan Montero e Ignacio Fernández
46
Arnado
León
agosto
V. Carlón-M.Luz González
3
Piedrafita
León
agosto
Germán Delibes
Uclés
Cuenca
agosto
Angel Fuentes
1
Baltanás
Palencia
septiembre
Julio del Olmo
17
Sobrado
León
septiembre
Javier Ortiz
1
Berlangas de Roa
Burgos
octubre
Lourdes Herrasti Jimi Jiménez
5
Mutriku
Gipuzkoa
octubre
Lourdes Herrasti
1
Almansa
Albacete
abril-septiembre
Luis Gil
10
Año 2005
Llanos de Caudé
Teruel
abril
David Alonso
13
Villasana de Mena
Burgos
mayo
Javier Ortiz
8
Ubrique (El Bosque)
Cádiz
mayo
8
Hotigüela-Covarrubias
Burgos
julio
Paco Etxeberria
8
Platea
Teruel
julio
13
Sedano
Burgos
Juan Montero
9
Canillas de Esgueva
Valladolid
agosto
Lourdes Herrasti
12
Toreno (fosa 1)
León
agosto
Javier Ortiz
1
Toreno (fosa 2)
León
agosto
Javier Ortiz
1
Portomarín
Lugo
agosto
Javier Ortiz
1
O Vicedo
Lugo
agosto
Javier Ortiz
2
Valladar (Vadocondes)
Burgos
agosto
Lourdes Herrasti
5
Uclés
Cuenca
agosto
Angel Fuentes
50
Talledo
Cantabria
septiembre
Lourdes Herrasti
2
Fustiñana
Navarra
octubre
Lourdes Herrasti
7
Valverde del Camino
Huelva
octubre
J.Mª Pedreño
1
Sepúlveda
Segovia
octubre
Foro
5
Olesa de Montserrat
Barcelona
noviembre
3
La Ginebrosa
Teruel
diciembre
Elisa García-Prosper
1
Año 2006
Fontanosas
Ciudad Real
febrero
Jimi Jiménez
7
Arcos de la Sierra
Cuenca
marzo
Angel Fuentes
2
La Viguera
La Rioja
abril
Eduardo Egileor
4
Altable
Burgos
abril
Lourdes Herrasti
8
Turanzas, Llanes
Asturias
abril
Andrea Menéndez y Fco. Javier de la Fuente
5
Bayubas de Abajo Berlangas de Duero
Soria
julio
Guillermo Gómez Modamio
9
Uclés
Cuenca
julio
Angel Fuentes
81
Fuencaliente
La Palma
julio
(familiares)
3 (son 13)
Villabragima
Valladolid
agosto
Armh valladolid
1
Zalamea La Real
Sevilla
agosto
Manuel Pichardo
2
Parrillas
Toledo
agosto
Jimi Jiménez
1
Navalcán
Toledo
agosto
Jimi Jiménez
5
Villanueva de Odra
Burgos
agosto
Juan Montero y Encarna Valdivielso
8
La Andaya (fosas 1, 2 y 3)
Burgos
septiembre
Lourdes Herrasti y Jimi Jimenez
56
As Pontes
La Coruña
septiembre
Javier Ortiz
4
Villamediana
Palencia
septiembre
Javier Ortiz
8
Cincovillas
Guadalajara
octubre
Foro
3
Fuenteguinaldo
Salamanca
noviembre
Germán Delibes
14
Pedroche ¿???????
Córdoba
Foro
3
Año 2007
Uclés
Cuenca
desde el 2005
Angel Fuentes
Total: 382
Valdenoceda
Burgos
marzo-abril
Jimi Jimenez
125
Villarejo de la Peñuela
abril-mayo
Manuel Polo
4
Málaga
Malaga
+ 100
Ezkaba – San Cristobal
Navarra
junio - julio
Lourdes Herrasti
6
Robledollano
Cáceres
julio
Jimi Jimenez
3
San Pedro Mayo/Toreno
León
julio
Javier Ortiz
1
Gordaliza del Pino
León
julio
Javier Ortiz
2
Villalquite
León
julio
Javier Ortiz
3
Pandiellu, Cabrales
Asturias
julio
Jorge Conde
2
Roturas de Cabañas
Cáceres
julio
Carlos García
1
Baquería de Campos
Palencia
julio
Julio del Olmo
4
Grandas de Salime
Asturias
agosto
Javier Ortiz
9 + 3
Zalamea
Huelva
agosto
Inmaculada López Florez
2
La Andaya (fosa 4)
Burgos
agosto
Lourdes Herrasti
29
Iragorri Oiartzun
Gipuzkoa
agosto
Lourdes Herrasti
5
Villanueva del Rosario
Málaga
septiembre
Ermengol Gassiot
11
Agüero
Huesca
septiembre
Javier Navarro
4+4+4
Amenal
A Coruña
septiembre
Javier Ortiz
3
Ponteareas
Lugo
septiembre
Javier Ortiz
5
Singra
Teruel
octubre
Manuel Polo
35
Salvatierra de Barros
Badajoz
octubre
Sara Gálvez
4
Peña Negra-Pepino
Toledo
octubre
Sara Gálvez
5
Arándiga
Zaragoza
noviembre
Javier Ortiz
8
Illueca
Zaragoza
noviembre
Javier Ortiz
18
Fuenmayor
La Rioja
noviembre
Javier Ortiz
8 + 1 + 2
Pozuelo de Zarzón
Cáceres
diciembre
Jimi Jimenez
6
Romanillos
Soria
diciembre
Javier Ortiz y Javier Navarro
3
Madariaga (Azkoitia)
Gipuzkoa
diciembre
Lourdes Herrasti
1
Año 2008
Nogales
Badajoz
enero
Sara Gálvez
1
Areces
Asturias
marzo
Lourdes Herrasti
1
Navarrevisca
Avila
marzo
Lourdes Herrasti
1
La Puebla de Cazalla
Sevilla
marzo
Jimi Jimenez
22
Parrillas
Toledo
mayo
Santiago Rodríguez
12
No se encuentran restos
Alcañizo
Toledo
mayo
Antonio Otero
3
San Rafael
Málaga
2007-2008
Sebastián Fernández
2.200
Gurb
Barcelona
junio
assumpcio
Murillo
Aragón
junio
Javier Ortiz y otro
Ganzabal Amorebieta
Bizkaia
julio
Jimi Jimenez
1
Balboa
León
julio
4
Magaz de Abajo
León
julio
11?
· Presidente de Psicólogos Sin Fronteras – Madrid (guiller@cop.es; guillermofouce@yahoo.es)
·· Doctor en Psicología
Profesor universidad Carlos III y universidad Camilo José Cela
[1] Causa general, que recordemoslo, no fue finalmente publicada por el regimen franquista pues los datos pretendidos de la represión causada por los republicanos no llegaban ni de lejos a las cifras y dimensiones previamente previstas y ya difundidas por sus apartatos de propaganda.
[2] Por ejemplo la publicación del libro MAESTRE, E. El terror de Madrid 1936, editorial Fénix, 2006 se introduce “la aclaración histórica de sucesos ocurridos hace más de medio siglo no debe interpretarse como deseo de reabrir heridas cerradas” lo que también suele afirmarse en los textos de Pió Moa y sus intervenciones.
[3] MOA, P. Los mitos de la Guerra Civil, La Esfera, Madrid, 2003 “Ya antes de la transición comenzaron las izquierda a remover los osarios con una turbia propaganda y desde entonces a hoy no paran ni un momento” son agitadores de cadáveres, pretextos humanitarios explotados sin escrúpulos para impulsar cínica campaña política para resucitar los rencores e inculcar en jóvenes una visión falsa del pasado.
[4] “No oigo a nadie decir que se olviden del holocausto, que se olviden del tren de la muerte que iba a Auswicht o Mauthausen, que se olviden de Pinochet. Sin embargo, en España hubo que correr un tupido velo, olvidar a todos nuestros familiares, olvidar las penas y las angustias. No se porque hay que olvidarlo todo y borrón y cuenta nueva. Me parece grotesco querer ser los justicieros del mundo y que aquí no pase nada” (Clarisa, familiar de cuatro desaparecidos, en ARMENGOU, M.Y BELIS, R. Las fosas del silencio. Barcelona, editorial de Bolsillo, 2005: 24)
[5] El Estado español fue requerido por el incumplimiento de sus obligaciones internacionales en esta materia a través de la denuncia desarrollada por la ARMH al grupo trabajo desapariciones forzosas de la ONU. Estado, conminado también a cumplir sus obligaciones con los derechos humanos a través de, organizaciones como Amnistía Internacional http://www.es.amnesty.org/cms/uploads/tx_useraitypdb/victimas_franquismo_05.pdf o el grupo Nizcor http://www.derechos.org/nizkor/espana/impu/.
[6] El 27 de julio del 36 Franco declaró: "Salvaré a España del marxismo, cueste lo que cueste. No dudaré en matar a media España si es necesario para pacificarla". Allen: "¿Cuánto tiempo va a continuar la masacre, ya que el golpe ha fracasado?". Franco: "Yo continuaré avanzando sobre Madrid hasta que mis tropas hayan pacificado el país." Allen: "¿Significa eso que tendrá usted que fusilar a media España?" Franco le contestó, sonriendo: "Escúcheme bien. Le repito que cueste lo que cueste." (27 de julio de 1936, el periodista norteamericano Jay Allen entrevista a Franco en Tetuán). Mola, julio del 36: "Yo veo a mi padre en las filas contrarias y lo fusilo...Hay que sembrar el terror, hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensan como nosotros". Queipo de Llano: “Yo autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción entre vosotros; que si lo hiciereis así, quedareis exentos de toda responsabilidad... nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los rojos lo que es ser hombre. De paso, también a las mujeres de los rojos”.
[7] “Hay que sembrar el terror […], hay que dar la sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensan como nosotros" (General Mola, 19 de julio de 1936).
[8] Étnica en el sentido de preservar la raza que sostenía y defendía el régimen aunque en realidad, la raza a preservar se identificaba en realidad por la ideología y la limpieza y exterminio lo fue de los republicanos y gentes de izquierda. Recordemos el título de uno de los libros de NAJERA, Vallejo, Eugénesis de la raza Hispana o la película biográfica de Franco y su contenido “Raza”.
[9] Las cifras son controvertidas, entre otras cosas por la no accesibilidad de muchos archivos y porque muchas provincias no han sido estudiadas en su totalidad y algunas tampoco parcialmente estas cifras son las más aceptadas por historiadores como CASANOVA, J. Morir, matar, sobrevivir. La violencia en la dictadura de Franco, Critica, Barcelona (2005), TUSSEL “Los muertos de Franco” en El País, 23-12-1997 y La dictadura de Franco, Alianza Editorial, 1998 O SANTOS JULIA, S. Víctimas de la Guerra Civil. Madrid, Temas de Hoy, 1999, pág. 13. (1999). También hay que señalar, sin duda, los muertos a manos de los republicanos, unas 50.000 según REIG, R. Ideología e historia, sobre la represión franquista y la guerra civil, Akal, Madrid, 1999 o los cerca de 8.000 religiosos asesinados (CASANOVA, J. La Iglesia de Franco, Temas de Hoy, Historia, Madrid, 1999) muertos recordados por la Iglesia a través de canonizaciones. Algunos de ellos asesinados por el bando nacional (religiosos vascos principalmente).
[10] Los encarcelados eran útiles económicamente y propagandísticamente. La represión cedió su furor vengativo para crecer como negocio y abrir los brazos a la corrupción liberando al estado de la carga de mantener a los presos y generando ingresos. (RODRIGO, J. (2003), Los campos de concentración franquistas. Entre la historia y la memoria, Madrid, Siete Mares, 2003; SERRANO, R. Y SERRANO, D., ,Toda España era una cárcel, Ed. Aguilar, 2002) lo que llevo a muchas empresas a enriquecerse mediante el uso de esta mano de obra esclava.
[11] Para López Ibor, por ejemplo, bastaba la sola reserva espiritual de los españoles auténticos, los del bando nacional, para que se evitaran trastornos psicopatológicos entre los militares y población del bando nacional.
[12] Para mas información ver, por ejemplo, BANDRES, J. Y LLAVONA, R. La psicología en los campos de concentración de Franco en Revista Psicothema, vol.8, nº 1. p. 1-11. 1996 o ARMENGOU M. Y BELLIS, R. Las fosas del... op cit. sobre el jefe de los servicios psiquiátricos franquistas y director gabinete investigaciones psicológicas.
[13] Eugénesis de la hispanidad y regeneración de la raza.
[14] “La civilización moderna no admite tan crueles postulados en el orden material, pero en el moral no se arredra en llevar a la práctica medidas incruentas que coloquen a los tarados biológicos en condiciones que imposibiliten su reproducción y transmisión a la progenie de las taras que los afectan, El medio más sencillo y fácil de segregación consiste en internar en penales, asilos y colonias a los tarados, con separación de sexos”
[15] “El enemigo republicano era realmente tan poco respetable como había imaginado, un ser sin ningún sentido moral y embrutecido histórico y universal que le priva de toda humanidad”
[16] Véase la carta colectiva de apoyo de los obispos (salvo 3 de ellos) a la guerra en julio del 37 señalando el carácter religioso (cruzada) de la guerra y defendiendo el derecho de rebelión y sublevación. Así como, las posteriores bendiciones a procesos de ejecución sumaria. “Los más culpables e impíos ya han dado cuenta de sus actos; ya están purgando sus culpas de haber infiltrado en el pueblo el veneno del marxismo, alejándole de Dios.... hay que limpiar más a fondo y hasta el fondo toda la podredumbre que Rusia ha introducido en este pueblo, sobran unos cuantos que pronto tendrán que rendir cuentas” (declaraciones sacerdote Rota, cfr. ARMENGOU, M. Y BELIS, R. Las fosas del... op cit. Pág.59)
El 18 de julio de 1936 estalla la guerra civil y el Cardenal I. Goma prepara un documento en el que se formula a los católicos de forma categórica la prohibición Non licet de adherirse a la República, fraccionando así las fuerzas ante «la hidra marxista de siete cabezas». El Cardenal de Toledo presiona a los dos obispos vascos, Mons. M. Múgica y al vizcaíno Mons. Olaechea (Pamplona) y éstos suscriben y publican la «instrucción pastoral» ante el estupor de los republicanos y el rechazo total de los nacionalistas vascos. Sin embargo, más tarde ante las elecciones que se anuncian, el Vicario General de Vitoria, D. Jaime Verástegui, publica una nota (con la aprobación de su obispo) en la que se afirma que «es indiferente desde el punto de vista católico votar a cualquiera de las candidaturas católicas que luchan en la diócesis».
Esto desagrada sobremanera a los militares (Franco, Mola, Cabanellas, Millán Astray, Beorlegui, Camilo Alonso Vega, etc.), eclesiásticos (Cardenal I. Goma) y civiles (José Luis Oriol). Era obvio que Mons. Múgica estorbaba en sus planes de reforma en el clero por lo que se especuló incluso con la posibilidad de asesinarlo. Rechazada tal hipótesis por la posible resonancia internacional negativa para la cruzada, se optó por la solución del destierro, otros sacerdotes vascos, sin embargo, no sufrieron la misma suerte y fueron ejecutados sin ni siquiera ser recordados en el reciente proceso de canonización de los martires
[17] Aunque algunos dirigentes hablan del PP, hablen de régimen autoritario y no fascista hay están los saludos a la romana, la condecoración a Hitler o Mussolini por parte del franquismo o la declaración de la ONU, 12 diciembre 1946:” convencidos de que el gobierno fascista de Franco en España, impuesto por la fuerza al pueblo español… no representa al pueblo español… habiendo sido fundado con el apoyo de las potencias del Eje”.
[18] Quizás, como señalan muchos teóricos, no existía en aquel momento otra alternativa, lo cual no implica plantearse ahora, 30 años después, que llego el momento de corregir los errores, guiándonos por lo avanzado en materia de derechos humanos.
[19] Desde el 2000 y gracias a la documentación recopilada por el ECHEVERRIA, F. de la Fundación Aranzadi (ver anexo 1)
[20] Estas acciones de acompañamiento son fruto del trabajo colectivo de un equipo extenso al que hay que agradecer su participación e implicación activa en los procesos de exhumación. Posteriormente se desarrollo tambien un acompañamiento psicososial con el Foro por la memoria y algunas otras asociaciones y grupos de familiares
[21] Por ejemplo, mediante el empleo de baterías de test a las que se sometía a los equipos de intervención señalando cuáles de estos miembros debían o no continuar exhumando, sin complementar los análisis con entrevistas cara a cara ni presencia o acompañamiento en los procesos de exhumación
[22] En palabras de un niño de Zafra al encontrarse con un monumento al general que mando fusilar a su bisabuelo “¿por orden de este señor? ¿al bisabuelo mío? Entonces ¿cómo es posible que tengamos un monumento de un asesino? Me estoy quedando asombrado, por mi vendría ahora mismo y lo tiraba con un mazo. ¡Es como si tuviésemos aquí un monumento de Hitler” (cfr. ARMENGOU, M. Y BELIS, R. Las fosas del... op cit. Pág. 51).

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